Hoy quiero que me cocines. Me gusta ver cómo te lavas las manos antes de comenzar con la faena, me hace sentir importante. Quiero que me saborees mientras me piensas, quiero sentirme especial, quiero respirar el aire que sueltas al hablarme.
Sin ti, mi vida no tiene sentido. La cocina huele a pura poesía y ese olor es un conjuro de melodías. Y tu buen humor, tus limpios modales, tu cara de paz, tus ganas de tocarme. ¡Hoy es mi día!
Por fin sé quién soy, hoy quiero que me cocines. Quiero oír tu música, quiero ver tu mirada y sumergirme en tus pensamientos, quiero volar contigo y sentirme yo misma.
No importa que me cambies el nombre, pero, por favor, recuérdame, amor mío.
Siempre tuya,
Harina.